Llega el momento de la verdad. Llevas mucho tiempo pensándolo y toca ser valiente... solo... verle y.. decírselo. Cara a cara...
Pocas veces, por no decir ninguna, he tenido que enfrentarme a una situación así cara a cara... no sé qué tal lo haré ni si lo haré bien, o lo haré fatal, o no saldrá como querría... Tampoco sé si seré capaz de decirlo...
Solo de pensar qué decirle el corazón me va a mil por hora, tras pegarme dos días pensando qué decirle sigo sin saberlo, y... todavía me queda un día entero.

Esos días que te levantas sin ganas de aguantar a nadie, sensación de saturación que, en realidad, no es ni mucho menos eso, mandaría todo a la mierda bien agusto ahora mismo, sin pensar en las consecuencias, sin pensar qué pasaría después ni si estaría bien o mal, tan solo... paz, no preocupaciones...

Esos días los odio, ahora mismo si estuviese en mi mano volvería a la cama, me echaría a dormir hasta mañana y que el mundo se derrivase si le daba la gana, no quiero saber nada..
Y lo que más me pesa es que llevo así una jodida semana... una semana sin sonreir, una semana sin hacer nada, una semana sin ganas de hablar con nadie, una semana sin ser YO....

Creo tener ganas de llorar, pero tampoco lloro, creo tener ganas de... salir corriendo sin que nadie me siga, y tampoco lo hago... Tan solo mis malas contestaciones a todo el mundo es la solución, mis malos humos solucionan todo... y así me está yendo...

Creo que hoy me lo dedicaré a no hacer nada, para no variar... pero... con la diferencia de que hoy sí que lloraré y le daré vueltas a la cabeza, quizá se solucione algo... o no.